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Necesito más juegos como Bramble: The Mountain King

Hoy en día es muy sencillo subir un videojuego a las plataformas más usadas, provocando que, en muchas ocasiones, se filtren juegos hechos al aventón, sin alma, y sin propósito. Un repaso por las tiendas de Steam y Nintendo Switch son un gran ejemplo de esto. ¿Cuántas veces has visto el típico juego rompecabezas de chicas anime atractivas que cuesta menos de cinco dólares? Seguramente unas cuantas, pues son más comunes de lo que parece.

Hace unas semanas hubo una polémica con un videojuego publicado en la Nintendo eShop que, de forma muy descarada, plagiaba los diseños de personajes de Joel y Ellie de la franquicia The Last of Us, ofreciendo una experiencia absurda, rota y creada aparentemente como una especie de “broma”. El juego fue tirado por Sony y retirado de la tienda.

Quitando que de vez en cuando haya personas que desarrollen juegos así, desaprovechando una oportunidad que podría haberse convertido en algo, cuanto menos, interesante, existen otros desarrolladores apasionados que optan por el camino sereno e invierten todos sus esfuerzos en hacer de su primer título el mejor posible, aún con la falta de experiencia profesional.

Bramble: The Mountain King, desarrollado por Dimfrost Studio, no es el primero, sino el segundo juego de este pequeño grupo de desarrolladores, pero más que adecuar el videojuego a su cantidad de personas, fueron a lo grande.

No conocía la existencia de Bramble hasta hace bien poco cuando Phil Spencer (@XboxP3) publicó en X que le había gustado y que lo había terminado. Me entró la curiosidad y vi que estaba en Game Pass. Completamente a ciegas, me encontré con un juego al más puro estilo Inside / Limbo / Little Nightmares; una experiencia mecánicamente simple, pero enfocada en aspectos ambientales, narrativos y visuales.

Lo primero que llamó mi atención es la decisión de hacer la cámara fija, un recurso que normalmente es utilizado por developers independientes y que en el sector del AAA es inexistente. Este aspecto me dio muchas expectativas, porque la ventaja de los planos estáticos en los videojuegos es que da oportunidades para transmitir sensaciones basadas estrictamente en la visión de los creadores.

Un gran ejemplo de esto en Bramble es como cuando la cámara se coloca dentro de una casa y por la ventana controlas al personaje. En un juego de horror-terror funciona perfecto, pues parece como si alguien estuviese viéndote pasar.

La cualidad más grande de Bramble es aquella ajena a las características principales de los videojuegos, donde romper con esta norma, si se hace bien, puede dar resultados favorables. Nos presentan una historia narrada como un cuento nórdico infantil, pero poco a poco se va retorciendo hasta terminar en una grotesca y cruda presentación parecida a la de una pesadilla. Y me encanta. Me encanta el contraste de convertir algo inocente en lo más pútrido y oscuro posible.

Bramble: The Mountain King no se autocensura: va con todo y muestra lo que la visión del estudio es en realidad, por más explícito que sea. Hoy en día, valoro que proyectos puedan tener esta libertad.

Al final, la experiencia que tuve con Bramble fue breve y contemplativa. No se anda con rodeos y no hace falta ver un video en Youtube para entender lo que está pasando, dentro del juego se explica todo lo necesario para salir de la pesadilla conociendo la aventura de Olle.

Ha pasado mucho tiempo desde que terminé Inside, y siempre tenía esa duda de si algún día podría salir un juego que estuviese a la par. Bramble no es mejor que Inside, y posiblemente tampoco lo sea que Limbo, pero utiliza su filosofía de diseño para hacer una experiencia más sencilla que deslumbra por todo aquello que entra dentro del marco del monitor.

Si no lo has probado, encarecidamente lo recomiendo a todo el mundo. Está disponible en todas las plataformas y créeme, soy una persona que pone siempre por encima la parte jugable que cualquier otro aspecto, pero hay videojuegos que no buscan ese tipo de experiencias y en lugar ofrecer algo más experimental.

Redactor
It’s a secret to everybody.