Uno de los crossovers más interesantes y extraños a la vez, es la colaboración de Disney y Square Enix que surgió en 2002, mezclando personajes de Final Fantasy con mundos y personajes de las películas de la gigante norteamericana. Cualquiera pensaría que, al tratarse de un videojuego donde Disney estuviese de por medio, la dirección se vería muy limitada para Square Enix, puesto que cuidar su imagen es de gran importancia para la compañía. Y fue así: la primera entrega de Kingdom Hearts proponía un cuento más, una historia de hadas que podría ser adaptada a una película para todos los públicos. Kingdom Hearts de Playstation 2 impactó a muchos jugadores, tanto para fans de Square Enix como para los de Disney; un juego RPG de acción de un niño que pierde a sus mejores amigos y tiene que unir fuerzas con Donald y Goofy para rescatarlos, teniendo que cruzar los fantásticos mundos de Disney mientras ayuda a los personajes conocidos a obtener un final feliz. Suena raro, pero sorprendentemente funcionó. Es por esto, y con el motivo del reciente lanzamiento de Kingdom Hearts 1.5 + 2.5 ReMix (Cloud version), Kingdom Hearts 2.8 ReMix (Cloud version) y Kingdom Hearts III (Cloud version) en Nintendo Switch, comentaré acerca de esta extensa franquicia tras haber terminado cada uno de los juegos.
Inicié la franquicia en 2019 con la primera entrega y, francamente, me gustó. Tenía curiosidad con saber por qué levantaba tanta pasión en la comunidad de jugadores. También, el hecho de ver a personajes de Disney convivir con los de Final Fantasy y con personajes originales de la propia Kingdom Hearts, creaba en mi un interés por el contraste entre una cultura americana y una japonesa. Quiero decir, basta con ver el diseño de Sora, Riku o Kairi, todos tienen un aura de ser personajes salidos de un anime. Ambos ingredientes hicieron que jugara al videojuego con bastante expectativa, y ya no sólo eso, sino que seguí jugando cada una de las entregas de forma cronológica según fueron saliendo al mercado.
Por lo tanto, creo que puedo dar una opinión sin fanatismos, ya que no siento ningún tipo de nostalgia por la saga ni tampoco soy el mayor fan, simplemente un jugador más que ha decidido jugarla de principio a fin y ver de qué se trataba todo esto del que me sentía apartado. Mi intención no es hacer un análisis, sino dar un punto de vista breve acerca de lo que me parece que hace bien Kingdom Hearts en su totalidad y lo que no.
Suena bien
Primero lo primero, y quizá lo que más me gusta de la franquicia: la música. Si hay un elemento en la vida que es difícil describir, es la sensación que transmite un tema musical, puesto que es muy subjetivo y personal. La banda sonora de Kingdom Hearts compuesta, principalmente, por la talentosa Yoko Shimomura es todo lo que una persona podría esperar de un juego cuyo objetivo es captar e imitar aquella magia que desprenden las películas de Disney en la pantalla grande. No sé nada sobre composición musical, sin embargo, es uno de los artes que más disfruto de manera apasionada. Las melodías que suenan en Kingdom Hearts no tienen nada que envidiar a las obras maestras de Nobuo Uematsu con Final Fantasy.
No sabría cómo explicar la música de Kingdom Hearts sin utilizar más de una vez la frase “es mágica”, porque ¿qué es exactamente la magia? ¿cómo podría estar seguro de ello? Para mi la magia es toda aquella cosa que es incapaz de existir en un mundo real como el nuestro, puesto que tiene atributos y características de fantasía, pero que funcionan si de verdad se cree en ello. La música de Kingdom Hearts no es algo que no existe, de hecho, existe. Entonces, ¿qué es la música de Kingdom Hearts? La respuesta más simple y limpia es que se trata de una banda sonora muy buena, suena bien. Pero no se trata únicamente de que suene así, sino de las consecuencias de su excelencia: las emociones que evoca en el usuario. Hablando desde mi punto vista, la música de Kingdom Hearts me transmite a otro mundo, un mundo donde el espacio y el sonido son una sola entidad, así de fuerte es el impacto de la banda sonora, ya no solo de Kingdom Hearts, sino de cualquier videojuego, que es capaz de hacerme viajar por distintos lugares, tal cual como Sora lo hace. Pensemos un momento que la magia existe… en ese momento, la música de Kingdom Hearts pasa de ser buena a perfecta.
La danza de Kingdom Hearts
Mientras me encontraba jugando a Kingdom Hearts 2, me decía a mi mismo de manera muy recurrente: el sistema de combate de este juego es como una bella danza en un salón con muebles brillantes. Y hasta el día de hoy no cambiaria mi manera de verlo, el sistema de combate de la saga en general es todo un espectáculo.
Esta percepción se debe a tres factores: la animación, la música y el encadenamiento. Desde Kingdom Hearts 2, el sistema de combate evolucionó a algo mucho más grande, complejo y lleno de posibilades. Mientras que la primera entrega tenía un sistema un poco débil debido a la lentitud de los movimientos, supo cómo funcionar en un ARPG. Ambos juegos destacan en su combate por ser desafiantes y por exigir un poco de cabeza a la hora de enfrentarse a un enemigo (especialmente a un jefe). Basta con decir que en una de las batallas finales de Kingdom Hearts 2, me quedé atascado durante más de tres meses (la batalla contra el niño rubio, para no decir spoilers) Y aún así disfrutaba mucho de la pelea por más que estuviese harto de morir una y otra vez por los mismos movimientos. ¿Es posible que muriera tantas veces por ser malísimo en el juego o por no tener equipado las habilidades recomendadas? Lo es. Pero eso no me quito el gusto de gozar la pelea mientras sonaba de fondo esa música que, si has jugado al juego, sabes de cuál hablo.
Encadenar acciones y combos es el núcleo del combate. Empiezas golpeando por el suelo, haciendo golpes básicos con la llave espada, luego lanzas un par de hechizos eficaces con el tipo del enemigo y al final terminas estando a 5 metros sobre el suelo dando giros de un lado para el otro como si estuvieras haciendo un show para un circo: eso es el combate de Kingdom Hearts y lo mejor de todo es que las animaciones y la música encajan perfectamente con la situación por más absurdo que pueda parecer. Un niño, un perro y un pato lanzando fuego a no muertos mientras suena el icónico tema de Piratas del Caribe, es algo que tiene que experimentarse por lo menos una vez en la vida.
Creo que la mejor forma de resumir el sistema de combate de Kingdom Hearts es muy simple y limpia: es divertido y funciona. Qué más podemos pedir a un videojuego de rol.
Luz buena, oscuridad mala
Más adelante espero que me agradezcan, pues acabo de resumir la historia de toda una saga en un título de cuatro palabras y una coma. Con este increíble resumen pasamos ahora sí a lo malo de la franquicia y al motivo por el cual tarde más de lo esperado en completar cada uno de los juegos: la horripilante historia.
Mis palabras no son una exageración, es una verdad la cual creo que todo el mundo, sean fanáticos de la saga o no, estarán muy de acuerdo. La historia de toda la franquicia es una de las cosas más sin sentido, más confusas y peor contadas que yo he visto jamás. Todo el desastre no comenzó con la primera entrega, de hecho, el Kingdom Hearts original presentaba una historia muy sencilla y con un mensaje bonito, como cualquier película de Disney. Sin embargo, las ambiciones del director, Tetsuya Nomura, provocaron que la trama se expandiera con Kingdom Hearts: Chain of Memories y Kingdom Hearts 2. Es a partir de estos dos juegos que todo se cae por el precipicio. Ahora de repente tenemos a una secta llamada la Organización XIII con un plan malévolo en el cual cada uno de los miembros hablan de forma criptica y exageradamente pretenciosa; además, se añaden cosas como los No bodies (incorpóreos), clones entre personajes, personajes viviendo en el corazón de otro personaje, viajes en el tiempo, y un sinfín de tonterías más de las que sinceramente no me acuerdo, puesto que llegó un punto en el que dejé de prestarle mucha atención.
Muchas de las historias de la franquicia las viví incluso sin jugar al juego, puesto que en la colección Kingdom Hearts: The Story So Far, juegos como Kingdom Hearts: 358/2 Days o Re:coded incluía únicamente las cinemáticas, como si fuese una película, y aún así no me enteraba de absolutamente nada. Yo soy el tipo de jugador que cuando está jugando, presta atención a la historia, a los diálogos e incluso al entorno (invierto el tiempo en explorar lo máximo posible de un nivel) pero esta franquicia no explica las cosas de manera clara, sino que se inventa una trama que pretende ser algo filosófico, misterioso, y muy ambiguo para que el mensaje final sea: luz buena, oscuridad mala; el poder la amistad siempre nos salva.
No digo que tener historias sencillas sea malo, el problema es cómo las cuentan. Por ejemplo, la franquicia de The Legend of Zelda es un cliché andante en lo que a historia se refiere, pero si está contada de manera que se entienda, sin irse por las ramas donde no las hay, y consiguiendo una conclusión que sea adecuada con lo que se planteó durante todo el guion, no hay ningún problema.
Ni hablar de Kingdom Hearts III, su guion es igual o peor que todo lo anterior, sólo que ahora se trata de “la conclusión de una historia que comenzó hace 20 años”; no podría expresar con palabras las ganas que tenía de que se concluyera todo este arco de Xehanort y la organización, puesto que en cierto punto acabé harto de tanto drama sin sentido en los mundos originales de la saga. Los mundos de Disney están bien, porque la mayoría de ellos abarcan una parte de la película original mientras Sora, Donald y Goofy ayudan y listo, pero todo lo que es ajeno a Disney es hasta insultante. De antemano me disculpo si soy duro con este apartado, pero es tal cual lo siento; cuando inicié la saga sin saber absolutamente nada sobre ella, mi mayor interés estaba en conocer la historia, y todo lo relacionado con Disney era secundario. Pero cuando llevaba unos cuantos juegos, Disney se volvió mi prioridad y la historia se convirtió en lo secundario. Jugué Kingdom Hearts III para ver la interacción con Toy Story, Frozen, Piratas del Caribe (que, por cierto, la fidelidad con la que las películas están representadas a nivel técnico es sobresaliente) y para ver el regreso de algunos personajes que me gustaron como el trio de Roxas, Axel y Xion.
No está mal
Podría escribir en otros artículos de opinión acerca de cada juego de manera individual, pero en este quise abarcar de manera general, principalmente, los tres numerados. Aún así, hay mucho más que me habré dejado porque son muchas las cosas que se pueden comentar acerca de lo negativo como de lo positivo; pero, en resumen, mi punto de vista a grandes rasgos es esa. No es una saga que recordaré como de lo mejor que he jugado en mi vida, sin embargo, una que me hizo sacar varias sonrisas en momentos puntuales. El trabajo de la compositora Yoko Shimomura es espléndido, y seguramente es con lo que más me quedo. Por supuesto, aprecio mucho el trabajo de Tetsuya Nomura en cuanto al diseño de personajes se refiere, ya que consiguió crear personajes que sean memorables (en cuanto a la historia, ahí no le agradezco mucho).
¿Recomiendo la saga? Sí. Pero deberías ir con la mentalidad de no esperarte absolutamente nada del guion. Aún sin la historia, estoy seguro que te será divertido; como mencioné anteriormente, la parte jugable del combate y los mundos Disney son muy entretenidos y es muy difícil no pasárselo bien.
